El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador aprovechó el jueves una cumbre sobre el cambio climático organizada por Estados Unidos para decirle a su par Joe Biden que la fuerza no resolverá el problema de la migración masiva.

López Obrador dijo que los migrantes que buscan una vida mejor son "seres excepcionales" y llamó a "ordenar los flujos migratorios" con "humanismo". "El fenómeno migratorio, como lo sabemos todos, no se resuelve con medidas coercitivas sino con justicia y bienestar", enfatizó.

El mandatario mexicano, que endureció en 2019 el control militar en su territorio para frenar la migración indocumentada, bajo amenaza de sanciones comerciales de Washington durante el mandato de Donald Trump, agregó que el "deseo de superación del migrante" es clave en el desarrollo de las naciones.

El discurso de López Obrador sirvió para proponerle a Biden el financiamento de un plan de reforestación que contempla la siembra de 3.000 millones de árboles en la región sureste de México y en los países de Centroamérica y que podría generar 1,2 millones de empleos, según el presidente mexicano.
"Nos comprometemos a ayudar en la organización productiva y social y ustedes, presidente Biden, podrían financiar el programa 'Sembrando Vida' en Guatemala, Honduras y El Salvador". Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.

La propuesta mexicana contempla además que el gobierno estadounidense otorgue visas de trabajo y hasta residencia o doble nacionalidad a las personas que sumen tres años o más participando del plan de reforestación.

López Obrador argumentó que en México el programa "Sembrando Vida" ha dado trabajo a 450.000 campesinos, con un salario de 252 dólares mensuales, y que ya ha sembrado 700 millones de plantas.

El gobierno mexicano anunció el miércoles que fortalecerá su estrategia migratoria en la frontera sur enfocándose en la atención a menores de edad, incluyendo la instalación de refugios para albergarlos.

Las nuevas políticas migratorias implementadas por la administración de Biden han disparado el número de migrantes indocumentados, mayoritariamente centroamericanos, que buscan entrar a ese país atravesando el territorio mexicano.

Convencidos de que recibirán un trato "más humano" tras las draconianas políticas del expresidente Donald Trump, cientos de miles se han lanzado hacia la frontera, entre ellos muchos niños.

Las detenciones de indocumentados en Estados Unidos se dispararon un 71% en marzo, llegando a 172.300, mientras el número de menores no acompañados se duplicó hasta casi 19.000, según cifras oficiales de ese país.